La condesa Irma von Sztáray no lo tiene fácil. Poco antes de su solicitud para convertirse en dama de compañía de la emperatriz Elisabeth de Austria-Hungría, su estricta madre la golpea hasta hacerle sangrar la nariz por la excitación, luego la suben a un pedestal en la corte como a una pieza de ganado y la interrogan. En la residencia de verano de Sisi en Corfú, Irma tiene que demostrar primero su capacidad atlética en sádicos ejercicios y es puesta a dieta con extractos de cocaína antes de conocer por fin en persona a la caprichosa y errática emperatriz. Entre tés laxantes y sopas de agua, caminatas y tratamientos de belleza, las dos mujeres, tan diferentes entre sí, no tardan en acercarse, sólo hasta donde Sisi se lo permite, claro. Pero todo verano tiene un final, y las vidas de Sisi e Irma cambian drásticamente cuando regresan a Viena.

En su salvaje reinterpretación del mito de Sisi, Frauke Finsterwalder enfrenta a las dos fuerzas de la naturaleza Susanne Wolff y Sandra Hüller y les permite jugar entre ellas hasta la saciedad. Con un impresionante vestuario de Tanja Hausner y una banda sonora de Nico, Portishead y Le Tigre, la película nos adentra en un mundo dominado por las mujeres, al que sólo tiene acceso el Archiduque Viktor, gay, junto a las criadas queer.